Enviado por laborate el mar, 01/05/2012 - 19:57 GMT.
El pasado 25 de abril el salón de grados del edificio Jurídico-Empresarial
del campus universitario de Orense acogió la celebración
de la conferencia y mesa redonda "¿Por qué arde Galicia?",
organizada por el periódico La Región.
La mesa redonda contó con la intervención de Álvaro García,
fiscal de Medio Ambiente y coordinador de incendios de Galicia;
José Alfredo Pereira, presidente de la Organización Galega
de Comunidades de Montes Veciñais en Man Común; Elier Ojea,
presidente de Confemadera - Galicia; José Luís Castro, presidente
da Federación Ecologista Galega; y Rafael Crecente, profesor
titular da Universidade de Santiago de Compostela y coordinador
del Máster en Gestión Sostenible de la Tierra y del Territorio.
Este grupo de expertos intentó trasladar argumentos y propuestas
a los asistentes. Pese a que la cuestión inicial era "¿Por qué?"
el debate acabó respondiendo a preguntas más concretas,
aunque no por ello menos interesantes.
Según el profesor Crecente, una de la principales causas
de los incendios es el cambio acaecido durante las últimas
décadas del siglo XX en el modelo de gestión del territorio,
el cual es consecuencia de las profundas transformaciones
socio-económicas experimentadas por España en general y
por Galicia en particular. El anterior modelo de gestión
del territorio de Galicia, que llevaba funcionando siglos,
se caracterizaba por (a) Una gestión preferentemente colectiva
de las tierras (un 80%) frente a la individual (un 20%,
y muy fragmentada) y (b) La existencia de un conjunto de
instituciones informales (reglas de mutuo acuerdo) que permitían
la gestión del territorio, facilitando su ordenación y uso.
Al contrario que el anterior modelo de gestión del territorio,
el nuevo llevó al abandono del medio rural. Así se produjeron
profundos cambios en el paisaje y los usos del suelo, entre
los que cabe destacar desde el punto de vista del riesgo
de incendio (a) El aumento de la superficie urbana, pero
al mismo tiempo del arbolado y (b) El aumento de la superficie
ocupada por matorrales y especies arbóreas frondosas.
Entre las propuestas de la mesa redonda para encontrar soluciones
a este problema - que durante los últimos años ha empeorado -
están el recuperar la relación entre individuos y territorio,
ver el fuego como un síntoma en vez de una enfermedad, aproximarse
desde una perspectiva territorial y no sólo sectorial (o forestal),
innovar en la gestión de tierras (viabilizar la fragmentación
y llegar a nuevos 'acuerdos institucionales') o dar más
protagonismo al I+D+i, tanto en el campo de las ciencias
sociales como en la aplicación de las tecnologías de la
información.
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