Enviado por admin el jue, 23/06/2016 - 15:23 GMT.
El pasado 16 y 17 de junio se celebró en la Facultad de
Ciencias Económicas y Empresariales en Lagoas-Marcosende
(Vigo) el VI Congreso Internacional de Agroecología,
cambiando los modelos de consumo para construir sistemas agroalimentarios sostenibles, organizado por el,
Grupo de Investigación en Economía Ecológica y Agroecología
de la Universidad de Vigo.
El Congreso ha reunido a 200 agroecólogos y agroecólogas
de Europa y Latinoamérica que presentaron 40 pósteres y
57 comunicaciones orales entre las cuales figuraron trabajos
de la academia, la investigación-acción y también experiencias
innovadoras en el ámbito productivo, desde los huertos terapéuticos
a los comedores escolares, pasando por las conservas de ortigas
o la cerveza de saúco. Javier Simón, director de grupo,
explicaba en la inauguración que estas dos jornadas "eran
una combinación de ciencia y de sabiduría; un espacio en
el que se encontraban hombres y mujeres que trabajan en
el área científica, pero también hombres y mujeres que trabajan
directamente con la tierra".
Para apoyar la sustitución del paradigma de lo más es mejor
por el de lo suficiente basta, los cuatro ponentes de las
conferencias plenarias han introducido otros tantos marcos
de reflexión entorno a la agroecología, no como herramienta
para el cambio, sino como alternativa al modelo socioeconómico actual.
Jorge Riechmann,
en la conferencia de apertura, se ha referido al siglo XXI como
"el siglo de gran prueba" por las
discontinuidades en la historia que se presentan, como
el primer momento en toda la era industrial, en el que
la disponibilidad de la energía primaria per cápita
ha disminuido con respeto a años anteriores y, por otra,
en que se ha superado en un grado la temperatura media
del planeta respecto a la época preindustrial.
Óscar Carpintero
por su parte, miro el sistema agroalimentario con la mirada del metabolismo social;
Cristina Carrasco
puso en el centro la sostenibilidad de la vida con la visibilización
del capital socioeconómico de los hogares reproductivos
y la economía y trabajo de los cuidados. Finalmente, Clara Nichols,
en la conferencia de clausura, evidenció la importancia
de los sistemas biodiversos y resilentes frente al cambio
climático y la alimentación planetaria como desafíos del futuro.
Este marco temático de las conferencias plenarias ha dado
pie a otros tanto grupos de trabajo sobre nuevos mercados de consumo de alimentos y metabolismo social;
el sector público como demandante de alimentos;
feminismo, agroecología y coidados;
y agricultura social y terapéutica.
A lo largo de las dos jornadas, y en los distintos formatos
de participación, se han abordado las tres dimensiones de
la agroecología: la técnico-produtiva,
con temas como el manejo agroecológico de sistemas o las
estrategias para la conservación de la biodiversidad
agroalimentaria; a política,
con debates sobre el papel de las institucions públicas
como demandantes de alimentos; sobre la acción social y
comunitaria para movilizar recursos abandonados y construir
soluciones para la alimentación y la socio-cultural,
con el análisis de nuevas formas de conocimiento y de propiedad
para la sustentabilidad, experiencias comunitarias de desarrollo
humano y ética, epistemología y educación para la agroecología.
Precisamente, a medio pie entre la acción social para la
mobilización de los recursos abandonados y el análises de
formas de la propiedad ha estado la participación del LaboraTe
con la comunicación titulada "Mercados de tierras… construidos?"
Unha ventana a las múltiples caras de la realidad”, presentada
por la alumna del
Programa de Doctorado en Gestión Sustentable de la Tierra y del Territorio,
María José Enríquez García.
El objetivo de la comunicación ha sido reflexionar sobre
las implicaciones de asumir el paradigma de los sistemas
de administración de tierras para diagnosticar el mercado
de las mismas en Galicia, donde conviven derechos de la
propiedad privados, individuales y colectivos, y donde durante
siglos han estado vigentes sistemas de gestión consuetudinarios.
En particular, el texto trata de retomar la complejidad
del concepto de tierra entorno al uso agroalimentario de
esta, reflexionar sobre los derechos de la propiedad como
objeto de intercambio y aproximarse a las distintas dimensiones
de la realidad para comprender la movilidad de los terrenos
para, finalmente, proponer una metodología de diagnóstico
que las integre.